La maternidad es una etapa muy dura para muchas mujeres por no decir para todas. Pero la naturaleza es sabia y nos hace olvidar los momentos duros dejando en nuestra mente los momentos más dulces. Esos son los que capto en las sesiones de fotos de premamá en estudio. La conexión con el pequeño ser que crece en nuestras entrañas, la felicidad que sentimos imaginándonos como será, el placer de poder tocarle en breve, la impaciencia por ver su carita por primera vez.

Creo una atmósfera que ayuda a que la mamá se olvide donde está, y simplemente piense en su bebé. Así consigo que se relaje y me regale esas imágenes que transmiten dulzura y emotividad.

Para tener fotos bonitas de tu embarazo, no hace falta estar estupenda, ni ser fotogénica. En mi estudio, juego con contraluces, sombras y desenfoques que favorecen al cuerpo de las futuras mamás.

¿Te animas a tener un recuerdo de tu embarazo?

Sofía y Olivia